El concepto de hombre es anterior al de nacionalidad, riqueza, religión o participación social. Los romanos tenían un aforismo que aún tiene validez: Homo sum, et nihil humanum alienum a me puto, que podemos traducir literalmente como: Soy hombre, por tanto nada humano me es ajeno.Este es el punto de partida para el análisis de la dignidad. Se dice que éste es el valor primordial a partir del cual se configuran los demás valores relativos al ser humano. Es un valor singular que nos viene dado. Esta dignidad que se hace sujeto de derechos y de respeto, es una característica que deviene del solo hecho de pertenecer a la especie humana. Esta cualidad no es divisible ni es transable. De este concepto se desprende que la vida, desde su inicio, es un bien y un derecho intransable del hombre. También los derechos humanos parten de esta idea fundamental. Es importante considerar que la especie humana es una sola, por lo cual todo alegato sobre razas y supuestas superioridades o inferioridades de un determinado grupo humano, es antiético. El filósofo Kant señaló: "La humanidad misma es una dignidad, porque el hombre no puede ser tratado por ningún hombre (ni por otro, ni siquiera por sí mismo) como un simple instrumento, sino siempre, a la vez, como un fin; y en ello estriba su dignidad".
Para la Iglesia católica, el hombre fue creado por Dios como persona, por tanto es un ser individual independiente, que por razón de su naturaleza espiritual está capacitado y tiene mandato de ordenar por sí mismo responsablemente su vida (Hormann, 1985:267)
Para Santo Tomás de Aquino, el hecho que el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios, le hace superior al resto de la creación. Ese pensador católico señala también que el hombre posee una voluntad libre que le permite dirigirse a sí mismo hacia su propia perfección. En la Summa Theologiae expresa Santo Tomás "el hombre es imagen de Dios en cuanto es principio de sus obras por estar dotado de libre albedrío y dominio de sus actos". Puede, por tanto, el hombre elegir su destino y esa libertad le permite escoger el bien o el mal.
Todo hombre posee dignidad y no es posible perder esa condición, puesto que es independiente aún de la consciencia: los niños pequeños, los enfermos mentales, los que aún no nacen y también, las personas más ruines poseen igualmente esa dignidad. El respeto a la persona es la consecuencia de esa dignidad.
Kant señaló que la dignidad humana es el valor supremo del hombre y trata de correlacionar conceptualmente este concepto con la autonomía moral, la que se cumple cuando las máximas morales que rigen la conducta de un individuo son generalizables como leyes en tanto compatibles con la libertad de todos. Para ese filósofo, cada ser humano es un fin en sí mismo y ningún individuo puede ser tratado como un medio y esta máxima es la clave para entender la dignidad humana.
Las fuentes de dónde deviene la dignidad del ser humano pueden ser varias:
La idea de ser producto de la creación divina, a imagen y semejanza de Dios;
O por el hecho de poseer cualidades únicas en la naturaleza, como el poder de raciocinio, el lenguaje y la capacidad moral, por lo cual hay un antecedente ontológico y a la vez moral en esta dignidad
O por el simple hecho de haber nacido como humanos, pertenecientes a nuestra especie. Es importante acotar que la dignidad humana no se pierde aunque el individuo cometa actos indignos: aún el más ruin de los seres humanos posee esa dignidad por el sólo hecho de pertenecer a nuestra especie. A veces, ante actos malvados cometidos por algunos individuos cuesta aceptar que deba respetarse su dignidad, pero si actuásemos de otra forma estaríamos justificando la maldad humana. La dignidad humana es anterior a la autonomía moral. A la dignidad humana se asocia: el respeto a la persona, a sus derechos humanos, a su libertad; la tolerancia ante la diversidad humana y el respeto al proyecto existencial que hay en cada individuo.
En la escuela, la formación moral es la base para comprender el concepto de dignidad humana y esta educación os debe basarse en ideas potentes, cuales son el respeto al otro, el reconocimiento de las propias imperfecciones; el rechazo a la burla y a las descalificaciones; la promoción permanente de la tolerancia; la internalización de los derechos humanos; la búsqueda y práctica de la solidaridad; la identificación con los valores de la sociedad; el rechazo a las conductas indeseables, como la delincuencia.
El trato digno a los estudiantes implica:
Principio del respeto a cada uno, considerándolos persona sujeta a dignidad
Principio de benevolencia: significa buscar siempre el bien para cada uno alumno, evitando producir algún daño físico (como en el castigo) o mental, o algún efecto perverso indeseado (evitar el doble efecto es siempre deseable);
Principio de justicia, tratando a todos los alumnos en la misma forma ante las evaluaciones y reglamentos,
Principio de utilidad, procurando tratarlos de manera que se produzca siempre un efecto beneficioso para la mayoría de los estudiantes y ojalá para todos y cada uno de ellos.
Principio de integridad: El docente debe comportarse siempre con la honestidad del auténtico profesional, que emplea la verdad, la equidad, la justicia como sus valores centrales en el trato con el alumno.
Principio de equidad, ayudando a quien por causa ajena a la sí mismo sufre de alguna disminución en sus capacidades cognitivas o emocionales.
Principio de igualdad, dando a todos los estudiantes el mismo trato, independientemente de su género, habilidades cognitivas y sociales
Principio de tolerancia: aceptar plenamente, racionalmente la diversidad humana
La caracterización de ser humano es importante que sea interiorizada por los alumnos y se resumen en los siguientes puntos:
El hombre posee subjetividad y es capaz de formar un mundo interior propio
Posee la capacidad de darse cuenta de su existencia, de su trascurrir en el tiempo, en el espacio y en la sociedad humana,
Descubre que posee una trascendencia que va más allá de su existencia temporal
Cada ser humano tiene y puede desarrollar su propio proyecto de vida
Ahora bien, hay un tema pendiente, el cual es el referido a la dignidad del docente, cualquiera sea el nivel en que se desempeña. Esta deuda ética que tiene la sociedad con el maestro, deberá resolverse pronto, por el bien de las futuras generaciones. Ese tema lo abordaré en otro artículo.
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